La isla  de Alborán presenta las características más sobresalientes de entre  todas las ínsulas almerienses. La misma dista 55,5 km del cabo Tres  Forcas en Marruecos y 85 Km. de Punta Entinas en Almería, las  localidades de ambos continentes más cercanas al enclave.Desde  una perspectiva aérea tiene forma de triángulo isósceles cuya base se  sitúa al Sudoeste y su ángulo menor hacia el Noroeste; su longitud y anchura máxima son de 605 y 265 metros respectivamente, ocupando una extensión aproximada de 71.200 m2. La superficie emergente es eminentemente plana y alcanza una altitud máxima de 15 m s. n. m., con acantilados  que la rodean en casi todo su perímetro, los cuales están horadados por  diversas cuevas más o menos profundas; se encuentran fuertemente erosionados por la acción marina, siendo frecuentes los desplomes, formando singulares estructuras pétreas. En sus inmediaciones se sitúan el islote de La Nube y otros pequeños roquedales.

Entre  las escasas infraestructuras con las que cuenta el islote destaca su  faro del Siglo XIX, siendo el edificio más importante e identificativo  del mismo; su base está formada por un complejo construido en piedra y  sillería. Desde 1860 ha estado habitado de forma regular por fareros, de  cuya existencia quedan como testimonio las tres tumbas que aparecen en  el pequeño cementerio de la Isla, fuera del cual existe otra que según  algunos autores correspondería a Al - Borany, corsario tunecino que dio  nombre a la misma.

Actualmente,  el faro de Alborán está totalmente automatizado y se alimenta a través  de energía solar, dependiendo su mantenimiento de la Autoridad Portuaria  de Málaga. Entre el resto de las construcciones destacan un barracón  prefabricado del destacamento de Infantería de Marina, una granja, un  mirador con una placa conmemorativa del destacamento naval de Alborán,  dedicada a sus jefes fallecidos en acto de servicio, un helipuerto que  permite la comunicación aérea, un campo de fútbol, algunos caminos de  tierra, un observatorio sísmico y un escudo de la Armada Española  visible desde el aire. 
Carece  de agua potable, salvo la de los aljibes que son abastecidos  regularmente por barcos militares. Cabe destacar que la Isla es punto de  enlace del cable telefónico submarino que une a las ciudades de Almería  y de Melilla.  La isla es de soberanía española y está adscrita administrativamente al  Ayuntamiento de Almería, en concreto a su distrito 3º, como aparece  reflejado en una Real Orden de 1884. Actualmente cuenta con un pequeño  destacamento permanente de la Armada  
Principales características físicas.
La  Isla de Alborán es un testigo geológico del primitivo Macizo  Bético-Rifeño que hace más de 300 millones de años, durante el  Paleozoico, permanecía emergido en la vertiente occidental del Mar de Tethys, uniendo los primitivos Continentes Europeo y Africano.  
El  promontorio pertenece a la cordillera submarina que divide al mar de  Alborán en dos cuencas, una Oriental y otra Occidental. Su suelo está  compuesto por andesitas piroxénicas, rocas características de las  emisiones magmático eruptivas, recubiertas por depósitos más recientes  de arenas finas y gruesas, arcillas y limos.
Algunas de estas andesitas presentan una variedad única, rica en calcio, sin olivino y con incrustaciones de hiperstena, la alboranita, mineral descubierto por Becke en 1899. Entre otros minerales presentes que aparecen en la constitución de sus arenas y rocas destacan la augita, la calcedonia, la hornblenda, la magnetita, la goethita, el hematite o la ilmenita.
 Su  origen es reciente y tuvo lugar a partir de las manifestaciones  volcánicas que acontecieron en el área durante los plegamientos alpinos  del Mioceno y Plioceno, a partir de los cuales apareció la isla como  resto de una caldera explosiva. Posteriormente sufrió procesos de  inmersión, como lo ponen de manifiesto los sedimentos marinos que  aparecen en su superficie.
Los  fondos que la bordean, rocosos y muy abruptos, descienden en fuertes  pendientes hasta alcanzar los 60 metros de profundidad, donde son  sustituidos por la plataforma continental, que rodea y separa a la  localidad de simas de hasta 1.500 m de profundidad. Desde  entonces, esta ínsula sufre un proceso irreversible tanto de desgaste  erosivo, como de desplome dentro de la cordillera submarina sobre la que  se asienta, que acarrea un lento pero constante e inexorable  hundimiento de su superficie. 
El  clima de tipo subtropical mediterráneo desértico es muy seco y está  expuesto a vientos de poniente y de levante, destacando los procedentes  del Sáhara que acentúan aún más su aridez. Sin embargo, hay que señalar  la influencia directa de la humedad aportada por el mar o maresia que  condiciona el ralo tapiz vegetal que aparece en la superficie de la  isla.  
Fauna y flora.
 Las  especiales características climáticas y edáficas del área con suelos  arenosos sin apenas capacidad para retener agua, así como las visitas y  poblamientos humanos, han influido directamente en la dinámica  poblacional de su tapiz vegetal y de su fauna.
Desde  los primeros estudios botánicos del siglo XIX hasta la actualidad se  han clasificado 20 taxones de flora vascular, algunos desaparecidos,  según un reciente trabajo. Entre estas especies cabe destacar la  presencia y abundancia de Frankenia corymbosa. Entre los endemismos se encuentran algunas compuestas como Senecio alboranicus y Anacyclus alboranensis, así como la crucífera Diplotaxis siettiana.
 Entre los invertebrados terrestres se han catalogado tres nemátodos, dos de ellos exclusivos de Alborán (Tylenchorhynchus alboranensis y Tylenchorhynchus aerolatus), un molusco, siete arácnidos, cinco crustáceos, dos miriápodos y, principalmente, 36 insectos, destacando dos escarabajos, Erodius proximus y Zophosis punctaca alborana, a los que se considera como elementos endémicos de la isla.
El geco magrebí (Saurodactylus mauritanicus), ya extinto, y la salamanquesa común (Tarentola mauritanica)  son los únicos reptiles citados en la isla, aunque todos los indicios  indican que se corresponden con elementos introducidos accidentalmente  en desembarcos recientes, colonizaciones involuntarias también  aplicables a mamíferos como el ratón (Mus sp.).
Los  vertebrados más abundantes son las aves, con casi un centenar de  especies controladas. Las terrestres (con hasta 79 detectadas),  mayoritariamente utilizan a la localidad durante sus pasos migratorios e  invernada, habiendo sido sólo confirmada la cría del gorrión común (Passer domesticus) y, probablemente, del cernícalo vulgar.
Entre las marinas destaca la nidificación de la gaviota patiamarilla (Larus michahellis) y la de Audouin (Larus audouinii), así como un intento de cría del paíño europeo (Hydrobates pelagicus) en 1994.  
La  presencia en semilibertad de aves y mamíferos domésticos para su consumo  por parte de la guarnición militar, como gallinas, faisanes, conejos y  cerdos debería estar estrictamente controlada por el daño potencial que  pueden causar a la escasa flora insular. 
 Los Fondos Submarinos de Alborán. 
La  riqueza de los fondos submarinos de Alborán escapa a un trabajo de  síntesis como este, aunque destacan las 1.800 especies vegetales y  animales descritas, la lapa ferrugínea (Patella ferruginea), especie endémica en  peligro de extinción de la que apenas queda un centenar de ejemplares  en la isla, las grandes praderas de laminariales, las cuales indican la  influencia de las aguas atlánticas, o los ricos fondos de coral rojo (Corallium rubrum), esquilmados durante años.
 Por último, no puede obviarse su importancia pesquera y para la conservación de diferentes especies de cetáceos.
Datos históricos.
La  Isla de Alborán pertenece al Estado Español y administrativamente al  Ayuntamiento de Almería, en concreto a su distrito 3º, como aparece  reflejado en una Real Orden de 1884, así como en la Colección  Legislativa de la Armada de dicho año.  
El  nombre de la Isla procede supuestamente al corsario tunecino Al -  Borany que, como tantos otros piratas berberiscos, utilizó este islote  como lugar de refugio y fondeadero para el asalto de multitud de  incautos navíos, así como punto de partida en sus tropelías sobre las  costas mediterráneas de la Península Ibérica. 
El uno de octubre de 1540 tuvo lugar una sangrienta batalla junto a la Isla, que ha pasado a la historia con el nombre de Combate Naval de Alborán.  La escuadra de galeras de España al mando de Bernardino de Mendoza  esperó, refugiado en la Isla de Alborán, la llegada de una flotilla de  corsarios berberiscos compuesta por 16 buques con una tripulación de más  de 2.500 hombres, distribuidos entre galeras, galeotes y fustas, al  mando de los jefes Caramamí y Alí Hamet, antiguos aliados del pirata  Barbarroja, que habiendo partido en agosto desde Argel regresaban a  puerto tras haber saqueado Gibraltar. 
La  batalla se zanjo con el hundimiento de un navío berberisco y el  apresamiento de otros 10, dándose a la fuga el resto. Durante la cruenta  lucha murieron más de 630 personas resultando heridas otras 500.
Entre las anécdotas relacionadas con la Isla, destaca la concesión el 1 de abril de 1950  por parte del General Franco, del título nobiliario de Marqués de  Alborán al Almirante D. Francisco Moreno Fernández, quien fue nombrado  Capitán General del Ferrol en 1939, cargo que desempeñó hasta su  fallecimiento. El 3 de noviembre de 1982 se expidió Real Carta de sucesión a favor de D. Francisco Moreno de Alborán y de Viena.  
En  la década de los sesenta acontecieron varios intentos de asentamiento  ilegal en la Isla por parte de pescadores de la entonces Unión  Soviética, situación que condujo al Gobierno español al establecimiento  permanente de un destacamento de Infantería de Marina. Actualmente, el  control de estas “incursiones”, dentro de territorio español, no están  vinculadas a los valores estrictamente militares, como punto  geoestratégico de control del tráfico marítimo entre el Mediterráneo y  el Atlántico, sino a intereses económicos derivados de la riqueza  pesquera de sus caladeros, codiciada por países del Norte de África como  Marruecos y Argelia. 
Esta  situación ha determinado la reciente decisión del Ministerio de Defensa  de dotar de nuevo a la Isla de un pequeño destacamento permanente de la  Armada, tal y como se había mantenido hasta el inicio de la década de  los noventa. 
Esta  situación de “ocupación” militar supone indirectamente una garantía  para la protección biológica de la Isla ante el “asalto” permanente de  curiosos.  
Desde  hace varias legislaturas el Ayuntamiento de Almería ha pretendido  realizar plenos en la isla y en la actualidad se está evaluando un  posible aprovechamiento turístico por parte del mismo y de la Junta de  Andalucía. Estos y otros alardes de fantasía ponen de manifiesto la  falta de conocimiento en cuanto a las alteraciones que puede suponer una  “invasión controlada” de políticos, prensa y “turistas ambientales”.  Durante 1993-95, la ausencia de la guarnición militar permitió la visita  lúdica a la isla, estando a punto de desaparecer la lapa ferrugínea (Patella ferruginea) como  recuerdo de los visitantes, de la misma forma que casi desapareció de  las costas de Cabo de Gata entre el marisqueo y el comercio a  coleccionistas. 
No  todo es susceptible de ser visitado si lo que se persigue es la  conservación y protección real de este espacio. Este tipo de visitas ha  de estar absolutamente restringida a los expertos que están estudiando  la zona desde hace años, no para que el político de turno llegue ha  hacerse la foto de rigor, con una cohorte de fotógrafos. Al igual que no  se visitan otros lugares como la geoda gigante de Pulpí, se deben de  establecer medidas rigurosas para evitar a toda costa que nadie pise  este santuario de la naturaleza y dejar (siempre con instrucciones  claras) a nuestros militares que custodien la zona.
Régimen de protección
Durante la última década, la isla de Alborán ha sido declarada Reserva Marina y Reserva de Pesca por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (actualmente se ha modificado el nombre siendo el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino); Paraje Natural por la Junta de Andalucía; ZEPIM (Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo); y ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) ES0000336 con 26.456 hectáreas.
Fuente:
http://mediomarino.almediam.org/node/75