viernes, 16 de noviembre de 2012

Riaño,vive!!Pantano de Riaño.

Riaño vive.
Pantano de Riaño,Leòn..muy bonito pero oculta y duerme una verdad irrefutable.
 La Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño,

(Fotografia Arsenio Diaz)
 creada en 2007, 20 años después de la inundación de Riaño y otros siete pueblos
más, y que integra a vecinos de los municipios afectados y a varias organizaciones ambientales y sociales, piden que se vacíe el pantano de Riaño. Afirman que están convencidos de la viabilidad de vaciar el embalse y recuperar los pueblos y sus tierras. La plataforma está llevando a cabo varias acciones como la presentación de alegaciones, la última en el mes de marzo ante la Fiscalía del Estado, en las que se solicita recuperar esas tierras ya que “nadie vendió nada porque fue una expropiación forzosa, por lo que no hubo pago sino indemnización”.

 Un pantano sin futuro.  Vecinos y ecologistas plantean que al no haberse cumplido los objetivos debería abrirse un expediente de revisión de las propiedades expropiadas. “Pretendemos que se vacíe el pantano, recuperar las tierras, la montaña y nuestros pueblos y desenmascarar la operación urbanística y los intereses que hubo detrás”, apunta Ramiro Pinto, integrante de La Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño. La Plataforma también argumenta que la normativa europea exige desde 2010 plantar un árbol por hectárea de regadío subvencionada y que el valle de Riaño podría recibir millones en la zona que sea recuperada. Además, la producción de electricidad de la presa equivale a lo que producirían tan sólo 49 hectáreas con placas de energía solar y que, debido a los cambios de las condiciones meteorológicas, cada año que pase, el pantano va a tener menos agua.
 La historia del pantano de Riaño se remonta a 1963. En plena fiebre desarrollista, cuando no había NODO en que no se viera a Franco inaugurando un pantano, se planteó hacer uno en el valle leonés de Riaño. Por aquel entonces se quedó en meras intenciones, pero en la década de los ‘80 el PSOE puso todo su empeño en llevar a cabo el proyecto pese a la oposición unánime de los vecinos. Los derribos comenzaron el 28 de octubre de 1986 y finalizaron el 18 de julio de 1987. La oposición al pantano dio origen a una resistencia vecinal nunca vista en la comarca, con manifestaciones, cargas policiales en las que varias personas resultaron heridas, como le ocurrió a la pintora Carmen Sopeña, a quien le destrozaron dos costillas, además de perder un ojo y ser operada varias veces del otro. Sopeña fue indemnizada después.
Los vecinos se encaramaron esos días en los tejados para tratar de evitar las demoliciones de las viviendas e incluso algunos decidieron quitarse la vida, como Simón Pardo, que se suicidó el día que iban a derribar su vivienda. O Pedro, el encargado de la máquina quitanieves de Pedrosa, que hizo lo mismo unos años más tarde. A pesar de eso, tuvieron que escuchar del ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Javier Sáenz de Cosculluela que “no hubo ni un rasguño y se sacó a la gente a la silla de la reina”. El 31 de diciembre de 1987 se cerró oficialmente la presa, lista para recibir el agua del río Esla.
Destruidos y anegados quedaban los ocho pueblos que componían el valle: Anciles, Burón, Éscaro, Huelde, La Puerta, Pedrosa, Riaño y Salio. Vecinos y grupos ecologistas denunciaron entonces que la razón aducida para la realización del embalse, el riego de 83.000 hectáreas del páramo bajo leonés, era una falacia. Lo argumentaban indicando que ya por entonces la UE estaba subvencionando precisamente el abandono, por excedentarios, de los productos de regadío que se decía se producirían en la zona, y por el contrario se destruían otros cultivos tradicionales además de los recursos forestales, ganaderos y turísticos, y una riquísima flora y fauna que desaparecerían junto con el valle. Sin embargo, el proyecto no fue parado ni con un informe de geólogos escoceses que alertaba de que la presa se asentaba sobre el extremo de una falla, con las consecuencias funestas que ello podía acarrear. Tampoco el hecho de que los ecologistas elaboraran alternativas más eficientes y menos dañinas para regar lo que decían que querían regar. Los potenciales regantes realizaron manifestaciones para exigir el proyecto. Luego se supo que la Diputación de León, presidida por Alberto Pérez Ruiz (PSOE), pagaba la publicidad y los autobuses para dichas manifestaciones. En 1993, la UE subvencionó la continuidad del secano para conservar el hábitat de las aves esteparias, en especial la avutarda. En 1997, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) declaró oficialmente el fracaso de los regadíos de Riaño. Y, recientemente, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha informado que con el tiempo se podrían regar un máximo de 32.000 hectáreas, ante lo que los opositores del embalse han salido al paso indicando que para esa cifra hubiera bastado un embalse mucho más pequeño y sin necesidad de que el valle desapareciese.
  Una Regiòn empobrecida.
La Plataforma también afirma que no se ha cumplido ninguno de los objetivos por los que desde la Administración se defendió el proyecto. No ha sido el motor de la economía leonesa –como se argumentó entonces–, todo lo contrario, la población no ha permanecido ni en el entorno del valle ni en Tierra de Campos, ha aumentado el paro, la rentabilidad por euro invertido es una de las más bajas del Estado español y la provincia de León ha pasado en estos años de ser la séptima a ser la penúltima provincia española en renta per cápita del Estado español. La Plataforma ha hecho público un manifiesto en el que califica que la recuperación de los pueblos y tierras inundados es “un acto de justicia y la única solución a la crisis de la provincia de León”. Señalan que es necesario conseguir un progreso sostenible e “impulsar una economía basada en una explotación ecológica de bosques y producción de oxígeno” y crear las condiciones meteorológicas necesarias “para una pluviosidad acorde al campo y el hábitat de la zona”. Esta Plataforma asegura que cuando Riaño emerja volverá a ser el corazón de la comarca. Razones contra la presa.
Los opositores al pantano de Riaño pusieron el dedo en la llaga ya en 1987: las verdaderas razones para sacar adelante el proyecto, a pesar de los costes, fue el negocio para las constructoras y sobre todo para las compañías productoras de electricidad. Su objetivo: la producción hidroeléctrica e incluso el proyecto (que no vio la luz) de ligarlo a una central nuclear en Valencia de Don Juan (León) para cuya refrigeración sería necesario regular el caudal del río Esla. El tiempo ha dado la razón a quienes se opusieron al embalse. Han pasado 25 años y la única noticia es que se van a poner en regadío unas 6.000 hectáreas, pero no se avanza en ello porque la Administración pretende hacer pagar a los agricultores la infraestructura y el coste del agua.
Fuente:Diagonal Web
Fernando Pastor.